Simón llegó a nosotros con 9 meses y sufría de apego emocional, eso hacía que cada vez que se quedara solo rompiera cosas, rayara la puerta y llorara muy fuerte.
Junto con Nacho fuimos trabajando semana a semana, y poniendo en práctica todo lo aprendido, y rápidamente se empezaron a notar los resultados. Al mismo tiempo, nos ayudó a que se comportara mejor en los paseos y no tironeara tanto.
Hoy con 15 meses es un perro lleno de amor, que además de ser juguetón y todavía un poco cachorro, responde bien a las órdenes y puede estar sólo en casa siendo un perro feliz.